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15 de febrero de 2019

Sombras

Entre las sombras, en los lugares apartados donde la luz no llega, miríadas de corpúsculos infinitesimales vagan por espacios entrópicos de gelatina laberíntica, en confusión de oscuridad.
Más allá, en los territorios de la apariencia, la luz se filtra diáfana en premeditada ocultación de las tinieblas, que permanecen lóbregas al abrigo de cualquier mirada.
En las sombras, la vida se mueve en las sombras, ocultando aquello que no se debe dejar ver, escamoteando intenciones, soslayando el sentir de lo profundo.
Ecos de tinieblas, en ocasiones, afloran al torrente de claridad y es entonces cuando lo abismal, fuera del refugio de la penumbra, inflama la existencia en ensordecedor estallido y un nuevo orden surge, reiniciando la vida.
Estallido de las sombras en la luz, implosión de las tinieblas luminosas.
Luz como excepción en un Universo nocturno, luz habitando la obstinada oscuridad como destellos tenues en la negrura reinante.
Lo oscuro, lo desconocido hace girar galaxias en torno a agujeros negros de insondable realidad, dotándolas del movimiento que es la vida, como motor telúrico del Cosmos. Oscuridad velada, alentadora del descubrir, propulsora del conocimiento, del saber, fuente de investigación y pensamiento.
No existe destello lumínico sin el umbroso espacio que hay detrás, como no existe sonido sin el silencio, umbría que le precede y lo sobrevive dotando de sentido al lúcido resplandor.
El día de nuestras creencias, de cada una de nuestras certezas se hospeda en la noche profunda y sideral como un nómada vagando entre etéreos relumbros de inspiración.

3 comentarios:

bassho dijo...

Los problemas puntuales y las grandes cuestiones, personales o universales, se mezclan en una sustancia pegajosa que se desliza rutinaria por nuestro día a día.
Viajo en el metro sujeto a un libro, como quien se agarra a un salvavidas cuando atraviesa el océano, mientras ignoro a todos mis compañeros de vagón: grandes individuos de volumen corporal que observan absortos sus móviles.
Impecablemente vestidos y cuidadosamente organizados, siento que por dentro transportan un enorme hueco sin materia alguna.
A mí me atraviesan sorprendentes recuerdos de mi más pura infancia que me hacen indefectiblemente feliz. No vienen a cuento pero aparecen sin motivo aparente y ahí están.
Alguien mira como escribo en este papel, y su vista fija vaga por el espacio vacío que nos separa a unos de otros.
Hombres y mujeres vecinos de las cavernas de hoy, construidas, no en los riscos inaccesibles de las montañas, sino en los archipiélagos de cemento y plástico que habitamos.
La fría costumbre de no dar una limosna a quien la pide o de ignorar los ojos de aquellos con los que nos cruzamos.
Cada uno se dirige
decidido
al pequeño fuego
que prenderse.

https://www.youtube.com/watch?v=N70W7VIg3Co

bassho dijo...

Os transcribo un texto de José Ortega y Gasset del "El espectador" escrito sobre el 1916 que me parece realmente lúcido:

"Entrevemos una edad más rica, más compleja, más sana, más noble, más quieta, con más ciencia y más religión y más placer —donde puedan desenvolverse mejor las diferencias personales e infinitas posibilidades de emoción se abran como alamedas donde circular.
Mas la sana esperanza parte de la voluntad como la flecha del arco.
Esa edad mejor sazonada depende de nosotros, de nuestra generación. Tenemos el deber de presentir lo nuevo; tengamos también el valor de afirmarlo. Nada requiere tanta pureza y energía como esta misión. Porque dentro de nosotros se aferra lo viejo con todos sus privilegios de hábito, autoridad y ser concluso. Nuestras almas, como las vírgenes prudentes, necesitan vigilar con las lámparas encendidas y en actitud de inminencia. Lo viejo podemos encontrarlo dondequiera: en los libros, en las costumbres, en las palabras y
los rostros de los demás. Pero lo nuevo, lo nuevo que hacia la vida viene, sólo podemos escrutarlo inclinando el oído pura y fielmente a los rumores de nuestro corazón. Escuchas de avanzada, en nuestro puesto se juntan el peligro y la gloria. Estamos entregados a nosotros mismos: nadie nos protege ni nos dirige. Si no tenemos confianza en nosotros, todo se habrá perdido. Si tenemos demasiada, no encontraremos cosa de provecho. Confiar, pues, sin fiarse.
¿Es esto posible ? Yo no sé si es posible; pero veo que es necesario."

palabrerías dijo...

Gracias bassho por tus textos, os comparto otro.
"La imagen ciéntifica del mundo que me rodea es muy deficiente. Proporciona una gran cantidad de información sobre los hechos, reduce toda la experiencia a un orden maravillosamente consistente, pero guarda un silencio sepulcral sobre todos y cada uno de los aspectos que tienen que ver con el corazón, sobre todo lo que realmente nos importa. No es capaz de decirnos una sola palabra sobre lo que significa que algo sea rojo o azul, amargo o dulce, físicamente doloroso o placentero; no sabe nada de lo bello o de lo feo, de lo bueno o de lo malo, de Dios y la eternidad. A veces la ciencia pretende dar una respuesta a estas cuestiones, pero sus respuestas son a menudo tan tontas que nos sentimos inclinados a no tomarlas en serio"

Erwin Schrödinger
Uno de los padres de la física cuántica