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27 de febrero de 2012

Desierto II


Concentración de espacio en esencia de tiempo, síntesis de pasado, resumen de culturas, crisol de abundancias, riquezas, miserias y credos.

Nada.....

...Todo.... Sencillez....

Línea sinuosa entre realidades distantes, cercanas; lluvia y seco, exuberancia y parquedad, más y menos.

Lugar equidistante, pasión de encuentros, fortaleza de arenas y vientos.

Infinito que tiende a cero, mar de arena, reflejo opaco del cielo, voces muertas, ...prisión de silencio.

Ausencia..., pura y descarnada ausencia

Desierto, desnudo, despoblado, desolado, deshabitado, desmantelado, deslumbrante, descuidado, desocupado, desapegado, desesperanza, despersonalizado, despiadado, despilfarro, desheredado, despintado, desplomado, desplazado, desposeído, descatalogado, despreocupado, desprendido, despojado, desprovisto, despejado, destellante, destino, desterrado, desuso, desvaído, desvalido, destronado...
Desierto, puro y duro desierto

Principio y fin.... Desierto, multitud de ausencias...

Vaguedad en la mirada, retazos de realidades enterradas, sepultadas en infinitas partículas de ausencia, tormenta de ausencias

Puente entre abismos de realidad; pasado y futuro, norte y sur, camino hacia el primer mundo, camino por el último de los mundos, camino por veredas ásperas y austeras, imaginarias, sendas azimutales, senderos imposibles entre arenas y estrellas.

Realidad de tierra, omnipresencia y concreción de tierra

No concepto, no civilización, no parcelas, no marcas, no correcto, no diferencias, no nación, no rectas, no estado, no derechos, no consumo, no global, no economía, si economía, no occidente, no mass media, no news.... ausencia, solo ausencia....

Tránsito, vida en tránsito, obnubilación de arena

Y debajo?, que hay debajo?, arena solo arena, un infinito dibujado de arena, acaudalado océano de sílice, marea de derrotas, retazos de sueños imposibles, universos cambiarios de vida y muerte.

Esencia de ausencias...

OLVIDO

Sueños de lluvia en estío permanente, ecos de voces... árabes creo, caravanas vetustas, hábitos viejos, mentes oxidadas en la costumbre, estrafalarios de almas, pasión y culto, color y vida, lo de antes, lo que fue y es, el ayer que no vimos, lo pasado, el mas descuidado de los olvidos.

Otra mirada..., introspectiva, ensimismada, varada en el umbral de otrora. Mirada ancestral que traspasa el tiempo, el tuyo, el mío, surgiendo en el estrepitoso silencio, hollando el aire, penetrando el desierto

Grito ahogado, aullido sordo rompiente de la frágil entelequia, la desajustada e injusta forma de vida que nos aleja del desierto y sus susurros, susurros de poeta.

Desierto de sueños

OPULENCIA

Actividad monocroma, gris sobre gris de fondo

Actividad, efervescencia, frenesí de opulencia, consumo, derroche, prisas, libertad, lo laico, presencia de Estado, historia, cultura, humanismo y civilización sobre millones de muertos.

Parcela, metro cuadrado, economía, lo tuyo, lo mío, lo privado: privado de anhelos, privado de amaneceres, de autonomía, privado de amor, amor privado, objeto de culto, culto por el éxito, adoración del lujo, dogma de fe, luces de neon...

...Suspenso de silencio, desierto de sueños..., falta de verdad, sed de tiempo...

DESIERTO

Sed de desierto sin tiempo...

Vivencia infinita, página en blanco, escrito en la arena, nombrado en el viento...

Continente....

...Contenido...

...todo y nada, ausencia de ausencias, puente de silencios.

4 de febrero de 2012

Equidistancia


Súbitamente, como de improviso, se encontró a muchos años de distancia de cualquier lugar. El pasado quedaba lejos, como lejos el futuro, y lejos el presente esquivo. Se vio a sí mismo ocupando una atalaya, una suerte de pedestal desde el que se asomaba al mundo. Desde aquel solitario otero lejos quedaban el amor y los amantes, lejanos los amigos y la amistad, érase un alcor distanciado de lo divino y de lo humano.
Un escalofrío sacudió aquella visión solitaria que lo situaba en el páramo de su existencia y un vacuo horror lo conmovió. La luz alcanzaba a encender la enfermedad del alma en el ambiente de aquel tiempo irreal, tiempo suspendido, tiempo equidistante.
La sensación vital de equidistancia, se convirtió en una pulsión, una suerte de revelación que lo situaba a igual distancia de ninguna parte. No soñaba. Un rastro de desasosiego se abrió camino entre la imagen que dibujó su mente; un amplio paisaje semidesértico y monótono tan solo interrumpido por un pequeño promontorio alrededor del que habitaba la nada, era la imagen de la zozobra de aquel que se sabe solo y alejado de toda posibilidad de salvamento, la tribulación del naufrago.
Imagen nítida, yuxtapuesta a un torbellino de sensaciones que desfilaban ante él a gran velocidad; tristeza, temor, angustia, pesar…, un hondo pesar le sumergió en la complacencia de sí mismo, como cuando de niño se refugiaba en torno a la aflicción.
Se sobrepuso, examinó de cerca pero con distancia el coro de sensaciones y pensamientos, que se iluminaban a la luz tenue de aquel sorprendente descubrimiento.
Vivía en la equidistancia, una equidistancia que lo alejaba  del mundo tanto como de sí mismo, de los objetos como del sujeto, del fondo tanto como de la forma.
¿Pero dónde estaba aquel lugar ignoto?, ¿cómo había llegado hasta allí? ¿cómo no había visto aquel páramo hasta ese momento?. La luz del alma iluminaba la enfermedad del espíritu y la luz no se retiraba, veía, ahora veía, aunque aquella enigmática visión no tuviese cabida en ninguna parte, ni relación identitaria alguna.
Se encontraba realmente a años de distancia de todo, años de distancia le separaban del que fue, de los recuerdos, de los anhelos e ilusiones, de aquello que amó, de todo lo que quiso, de lo que quería y de lo que pretendía ser, lejos estaban las cumbres solitarias, las risas juveniles, los temores de infancia. Lejos ayer, hoy y mañana, lejos el éxito y el fracaso.
En un indicio de extinción inevitable vislumbro el ser nada, la vacuidad absoluta, entendió lo accesorio de la vida, lo frugal del devenir, la quietud de no ser. Atisbó la solidez de la muerte frente a la fragilidad de la vida.
Era un hito, un zenit temporal alcanzado, un espacio equidistante y revelador, sobrecogedor y ambiguo, los días del advenimiento habían concluido, dejando paso al tiempo de la emergencia.