El hermano rico le dijo al hermano pobre:
¿Por qué no entras a formar parte del servicio del sultán y así te librarás de los rigores del trabajo?
El pobre respondió:
¿Por qué no trabajas tú y te libras de la desgracia de tener que servir a otro?
El sabio afirmó: "Es mejor comer pan de cebada y sentarse en el suelo que tener un cinturón de oro y ser un criado"
¿Por qué no entras a formar parte del servicio del sultán y así te librarás de los rigores del trabajo?
El pobre respondió:
¿Por qué no trabajas tú y te libras de la desgracia de tener que servir a otro?
El sabio afirmó: "Es mejor comer pan de cebada y sentarse en el suelo que tener un cinturón de oro y ser un criado"
Sâdi de Shiraz
¿Cuál es tu elección?
3 comentarios:
hola
Bien. Acepto la pregunta, aunque pienso que la respuesta cada uno se la da a sí mismo en cada momento. Hay una parte en mí que siempre se vendió y no fue tanto por poder o riqueza, sino por miedo. Por otra parte "algo" continuamente miró de reojo, hacia otro lado más libre y más ancho. De ahí surgieron los sudores fríos, los saltos, el riesgo, la aventura. Busco una vida digna y me repele la imagen, la apariencia... Sé que todo ésto cualquiera podría escribirlo. Pero además hay algo que puedo expresar como una sensación personal: Cuando me convierto en "siervo" siempre me siento como un elefante vestido de ratón.
Es cierto, esta no es un pregunta de respuesta única, sino que su respuesta se produce a cada paso, con cada decisión que es preciso adoptar en cada momento, la posición interior determina siempre el lugar que uno ocupa y nuestra relación con el entorno, y en esto nunca hay una decisión acertada o equivocada, sino más o menos ajustada a uno mismo, pero yo también reconozco esta sensación de que lo grande no cabe en lo pequeño, dicho esto sin ningún engreimiento, al menos conocido.
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