Calla, no digas nada, calla, no
expreses, no pronuncies, no digas, no cuentes lo que te importa, lo que te
gusta, lo que es afín a ti. Calla porque voy a hablar yo, porque mi discurso es
más sensato, más social, más lógico, más consecuente, más acorde con los
tiempos.
Calla, no vayas a pronunciarte de
forma desatinada, no incurras en lo incorrecto, en el discurso prohibido.
Calla que no queremos oír lo que no
queremos oír; lo distinto, lo tuyo, lo que no rima con lo que nosotros decimos,
seamos quienes seamos nosotros.
Calla no vayas a enfadar a los
beligerantes, a los únicos, a los que en este momento ostentan la razón, a los
adoradores del poder reinante, a los que mandan ahora.
Calla seas quién seas tú, calla, no
vayas a contradecirnos, no vayas a significarte como disidente del régimen,
calla tú que opinas diferente, tú que piensas distinto.
Ya no permitimos este pensamiento
divergente, no vamos a tolerar que tu ideología o tu simple forma de pensar
esté fuera de la norma establecida por nosotros, por nosotras, por nuestra puta
madre.
Calla, porque tu silencio te hace
cómplice aunque no pienses igual, si callas otorgas, si callas no expresas, si
expresas te acallamos, te excomulgamos con la marca del que es desigual.
Calla si no piensas igual, si no piensa
igual calla o te acallamos y sufrirás martirio, porque no queremos al que
piense desigual, porque perseguiremos al pensamiento disidente, por maligno,
por perturbado, por ser contrario a la VERDAD, porque nos incomoda, porque la
tolerancia sólo es para lo que tolero y tolero mal lo intolerable.
Calla o caerá sobre ti el peso del
Estado, de la Ley, de la sociedad entera, de los medios de comunicación, de las
redes insociables, porque caerá sobre ti todo el peso de nuestra IRA, IRA de la
Alianza Eterna contra todo el que sencillamente no piense exactamente igual que
nosotros.
Calla, porque callar es de sabios y no
nos interesa oír nada distinto a nuestro pensar.
Religiones, ideologías, postulados, doctrinas,
teorías, credos, estrategias, ciencias y conciencias reunidas en torno a ideas,
formulaciones, identidades, nacionalismos, tendencias, opiniones, arquetipos,
ilusiones, quimeras…, quimeras que nos separan, nos diferencian, nos
distancian, nos distinguen y sobre todo, nos enfrentan perpetuando las
diferencias, alejándonos de todo aquello que nos iguala, de todo aquello que
nos hace uno, estableciendo la persecución entre iguales, la purga, el
sometimiento del otro, la batalla, la guerra, eliminando todo rastro de la
humanidad que nos une.
Minorías esclavizadas que se
convierten en verdugo de mayorías alienadas, identidades respetables que no
respetan ninguna otra identidad que no sea la suya, reivindicaciones
encomiables que se trasmutan en vengadoras despiadadas, razonables paradigmas
transformados en dogmas de fe, perversión de la razón hasta el paroxismo.
Calla, no vayas a decir aquello que no
está bien decir, la palabra ilícita, la frase vedada, el pensamiento indebido…,
cuándo el libre pensar se convierte en peligro en una sociedad llamada libre,
cuando el librepensador se convierte en la excepción execrable, algo enfermizo
aflora desde las profundas raíces de la conciencia social, algo perverso asoma,
que de manera subrepticia contamina la vida pública y la privada, privándonos
del mayor bien de una sociedad libre, la Libertad.