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20 de septiembre de 2007

Cuento en la playa

La luz dibuja un cuento sobre la arena de la playa, que se funde con el rítmico vaivén del mar y el pulso de sus olas.

Atardece un mar de estío y la luz circunda cada objeto con un aura de resplandeciente contraluz.

Azul, oro, siena y otra vez azul dibujado sobre la calma estival del mar, lánguido compás visual que profundiza más allá de la retina hasta las regiones de paz que pueblan el alma.

Mar de luz, mar de mar, mar de espuma y de silencios sobre el horizonte mediterráneo que dibuja en mi corazón un cuento de luz y de silencio.

2 comentarios:

bassho dijo...

Roza la palma de su mano
asombrado de establecer contacto.
Extiende su brazo para alcanzar la mejilla
y allí se posa y se desliza
mientras que ella tímida
perfecciona el espejo.
Tiembla su cuerpo.
La mirada es un puente que trasciende el sueño.
Se alinean los astros para que todo fluya y proyectan su brillo
cabalgando años luz: No hay pesadilla que resista sin deshacerse o consumirse.
Se ordenan los eventos,
vuelve a la calma el torbellino,
perece o se retira el enermigo,
deja de afligir el recuerdo
y de resistir la vida en el camino.

palabrerías dijo...

El encuentro, la conexión, la coincidencia es un milagro, como el que describes, un milagro de lleno de armonía y de sutilezas, un milagro tal vez porque hoy las relaciones son ocasionales, esporádicas, basadas en la ausencia de compromiso, en el egocentrismo, así pues el simple roce de la palma de la mano causa asombro, asombro ante el hecho mágico de establecer contacto.