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20 de junio de 2018

Evocación


Noche, noche avanzada, preludio de libertad incontestable, nubes, nubes iridiscentes salpican un cielo alto y templado, de una oscuridad insondable como la vida, como el insondable universo que encubre.
Una presencia libre sobrevuela valles infinitos, praderas de incalculable extensión, acantilados oscuros como el mar que enmarcan. Un viento suave mece el alma navegante por derroteros que los ojos no pueden ver.
La existencia es liviana, etérea, transparente, libre de cargas, es un viaje sin movimiento, un desplazamiento estático y continuo, tan eficaz como incomprensible, que avanza entre reflejos quedos y oscuridades infinitas.
Lo corpóreo queda atrás, anclado en los lejanos temores del invierno, cuando la sustancia de lo real parecía no tener fin ni principio, en aquel tiempo detenido en sí mismo, el espíritu vuela, cabalga libre por llanuras innominadas, por mares sin pseudónimo ni designación.
Sin temores ni trabas todo incita a la partida, al éxodo, entre ritmos eléctricos y melodías de estimulante inspiración. La luna, introvertida en bajo relieves refulgentes juega con las nubes, trazando aureolas mágicas entre los compases nocturnos.
El alma vuela itinerante, emancipada, soberana, sin ligaduras ni freno, mientras la vida se desliza más abajo, en el fondo de un desfiladero profundo y distante, envuelta en la umbría que le es propia.
La soledad es tan absoluta que por ella se desliza la manifestación de todo el Universo, multitud de presencias concurren en el vacío aparente, en el fluido incorpóreo de la suave brisa de un metafórico norte.
Fluye el incorpóreo mar en un compás de olas largas, como estiradas en inconcreta cadencia, suavidad en esencia, en dócil comunión con la existencia que brota, que surge a cada instante ocultándose a la febril mirada, al tacto impalpable de lo que no es cotidiano.
Un silente despertar, una surgencia de algo invisible, impalpable, se resbala por la inmaterialidad, ecos intangibles de un deleite arcano y profundo. La odisea continúa.

5 comentarios:

bassho dijo...

Me gusta este sugerente texto. El ser que sueña, que vuela libre con esa oscuridad tan acogedora y distinta al mundo cotidiano. También me gusta ese viaje-odisea que continua cuando uno despierta, aunque de otra forma.
Por otra parte esas palabras también parecen describir, o podrían, la muerte, una muerte dulce y liberadora que todo lo abarca y comprende.

bassho dijo...

Estoy releyendo a Hermann Hesse, "Mi credo". Me sorprende la actualidad de su pensamiento, de su análisis... Textos extraordinarios que merece la pena leer y reflexionar. Escritos unos pocos años antes de la explosión nazi.

En este enlace tenéis una introducción, en un vídeo, sobre una carta suya: "Don Quijote no tiene menos razón que los molinos de viento".

https://www.youtube.com/watch?v=CYnldPEjjkg

palabrerías dijo...

Gracias Bassho, Herman Hesse siempre es inspirador siempre, me gustó el enlace.

Os dejo esta cita del Tao-Te-King

La mayor perfección es de apariencia imperfecta,
pero su acción es inagotable.
La mayor plenitud es de apariencia vacía,
pero su acción es inagotable.
La mayor rectitud es en apariencia retorcida.
La mayor habilidad es en apariencia torpe.
La mayor elocuencia es en apariencia incongruente.

Sirenoide dijo...

Qué interesante hilo…empezaré por el final. Me ha encantado la cita del Tao que has propuesto, Palabrerías. Me resulta realista en las dualidades: la incoherencia intrínseca de la vida, esa incongruencia entre lo que parece y lo que ES. Me gusta porque evidencia esa enorme diferencia entre las expectativas que generamos y la realidad que nos encontramos. Además confiere cierta ligereza a la existencia, imperfecta, inasible, incontrolable y definitivamente libre.
Gracias Bassho por tu aportación de mano de Hesse, impresionante y poderosa su carta. Expresa con precisión la fragilidad del individuo frente a la aplastante masa. Se ve que la condición humana no cambia a lo largo de años y siglos, y resulta llamativo que su pensamiento en aquellos tiempos revueltos, sea tan certero en el momento actual, en el que los grupos ideológicos, las masas, las minorías “empoderadas” y cualquier otro colectivo que se considera en lucha contra el resto, están copando el poder, los medios de comunicación, la educación, las redes y todos los ámbitos sociales.
Efectivamente, muy inspirador y esclarecedor. Personalmente, me consuela saber que esta sensación de incomodidad, de desencaje, de no pertenencia que me acompaña desde hace bastante tiempo es un síntoma de salud mental en esta sociedad tan deteriorada, hipersensible para asuntos nimios y con piel de elefante para cuestiones verdaderamente importantes.
Por último, tu texto inicial, “Evocación”, ha sido algo delirante para mí. La primera vez que lo leí, hice un viaje extraño que me llevó a la oscuridad, me enredé en las palabras, no podía fluir…supongo que algo me bloqueaba. La segunda lectura ha resultado amable, fresca, verdaderamente una evocación de ligereza, brisa marina y libertad. Gracias por lo que descubro y aprendo cada vez que os leo. Sois INSPIRACIÓN.

bassho dijo...

Genial la cita del Tao. Hay algo en ese libro que me produce escalofrío cuando lo leo, la sensibilidad extraordinaria que muestra, la unión de conceptos aparentemente contrarios... Ese vacío inagotable en su acción...
Mucha poesía actual queda en pañales ante la grandeza y la humildad de esas palabras.
¿No seremos capaces de volver a escribir así algún día, de encontrar una lengua que trascienda la queja, la lamentación...?
Reflexiono sobre la idea del poema como experimento químico, o como discurso balbuceante pero único, a años luz de distancia de cualquier autoridad ecuestre.
Tus palabras son valiosas Sirenoide, gracias por ofrecerlas aquí.

(Leo a Antonio Colinas, un poeta que muestra la cotidianidad de la belleza, la necesidad de silencio y búsqueda de caminos que trasciendan la apariencia).