Páginas

Buscar este blog

16 de enero de 2013

Retrato con figura


Un torbellino rosáceo surge como de la nada ante mis atónitos ojos, el cerebro sufre cierto retardo en interpretar la histriónica imagen que acontece.
Es una mujer bañada, impregnada de rosa; larguísimo abrigo de piel rosa palo, pantalones de un fucsia destellante, calcetines de intenso rosa… Una extraña maniobra para desembarazarse del inmenso abrigo la hace perder pié, a lo que contribuye notablemente el arranque del metro, y en décimas de segundo el cerebro interpreta como cierta la amenaza de derrumbamiento de esta superestructura femenina sobre mí, valoro con desasosiego la amenaza, que de producirse, provocará sin duda lesiones.
Sin concluir de quitarse el abrigo y la chaqueta que lleva debajo, operación que realiza al unísono, inicia un arriesgado movimiento para sentarse y en un destello temporal pasa ante mi un inmenso trasero que logra, no sin dificultad, encontrar acomodo en el asiento contiguo. Un ademán de autoconservación ha hecho que me achique en el asiento hasta plegarme sobre mi mismo.
Una vez superado el sobresalto, intento recomponer la perdida compostura. Un suave pero intenso efluvio, como de verduras maceradas en una solución alcohólica invade el aire circundante. Dudo. No sé si se trata de un extraño perfume de esta neohippie o la exudación fermentada de su ingesta, vegetariana por supuesto.
Antes de que pueda profundizar en la emanación, salta hasta el asiento de enfrente, permitiéndome verla sin mirar.
Exhala una feminidad enfermiza, maltratada, una feminidad ausente de sí misma, empaquetada en una indumentaria indescriptible y remozada por estrafalarios adornos de perlas sintéticas que decoran el cuello y su papada, las orejas y hasta la cadena de sus gafas, estas, en un intento malogrado de estar a juego son de un rotundo rojo cereza.
No es una mujer gorda propiamente, se trata mas bien de una mujer expandida, que se vierte ahora entre dos asientos. Su mirada es aburrida, sin apreciable interés por el entorno, se diría que dormita despierta, un sonámbulo de ojos abiertos es.

Se ha dejado la manga izquierda del abrigo y de la chaqueta puestas, ya que no finalizó la maniobra para desembarazarse de ellas, y ahora, cuelgan hasta el suelo del vagón en despreocupada caída. Debe llamarse Elisa. Suena el freno del convoy y se abren las puertas, he llegado a mi estación.

7 comentarios:

palabrerías dijo...

Inicio este nuevo año, con un post de tono más ligero y humorístico con la intención, de que el humor nos salve de nosotros mismos y del oscuro entorno en ciernes. Feliz Año.

Sirenoide dijo...

Enhorabuena por esta visión tan cómica, se agradece mucho un texto divertido y tan prodigado en detalles que casi podía oler ese extraño aroma que emanaba la dama (eh, me ha quedado como un trabalenguas!).

Me llama la atención la descripción de cada elemento del personaje que, por prejuicios absurdos consideraba eminentemente femenino, es estupendo!

Y por último decir que estoy totalmente de acuerdo en que el humor es de las pocas cosas que puede salvarnos de nosotros mismos, de tomarnos tan en serio, de creernos el centro y la razón última de todas las cosas.
Como dicen mis admirados Luthiers: "no hay que tomarse la vida tan en serio, al fin y al cabo, no saldremos vivos de ella..."
¡¡Feliz año nuevo!! (hasta cuando se puede desear feliz año, ¿hay alguna fecha tope? ;-))

bassho dijo...

La vida siempre se desgaja y cada uno puede asumir la parte que prefiera.
Tu mujer de rosa es poliédrica, como "cuando miras un mirlo de trece formas distintas sin que ninguna de ellas sea del todo exacta" -W.Faulkner.
En mi caso aprecio tus palabras, me dejo llevar por su sorpresa y pasmo ante esa figura femenina inmensamente desconocida.
Hay humor en tu descripción, como cuando afirmas que tiene que llamarse Elisa.
¿El humor es una posición situada dentro del otro o alejada y distante del personaje que provoca la ocasión del humor?
En mi caso, en la actualidad, he de reconocer que tengo extremadamente fracturada la facultad del humor.
Por ello, sintiéndolo mucho, no puedo aportar muchas cosas a un blog donde se pretenda un tono más ligero y humorístico.
Si hablamos de caminos más ligeros los imagino bellos y sorprendentes, pero no humorísticos.
Quizá la causa sea que me encuentro en evolución de calamar a percebe sin pasar por el estadio intermedio de langosta.
Un saludo.
(Por cierto Sirenoide, pienso que no tiene "prejuicios absurdos" cuando consideras al personaje eminentemente femenino, ya que Palabrerías repite una yu otra vez que es mujer.)

Sirenoide dijo...

Querido Bassho, por fin apareces, ya te echaba de menos! ;-)
Lo primero aclararte que lo de los "prejuicios absurdos" a los que me refería, eran los míos, porque pensaba que un hombre (al menos Palabrerías se refiere a sí mismo en masculino) no se fijaba tanto en los detalles y los matices, creía que eso era algo más propio de las féminas que escudriñamos, analizamos y diseccionamos con un rápido vistazo. Gracias a este texto he observado que hay cuestiones que no por banales pasan desapercibidas sea cual sea el sexo del observador.

En cuanto a lo que dices del humor...¿acaso no es algo bello y sorprendente también? Pienso que pocas acciones existen más generosas y reconfortantes que hacer reír a alguien. El humor es una forma inteligente de comunicarse, de abrirse, sorprender y crear. Me gusta el humor y me muevo a gusto entre personas con sentido del humor que como alguien dijo alguna vez es "el recreo de la inteligencia".
Y sí, seguro que puedes aportar en todo momento y situación porque hasta en las cuestiones más delicadas, una risa bien traida ayuda y fortalece.
Muchas veces he pensado que yo misma no aportaba mucho con mis comentarios al blog dado el nivel tan elevado de pensamiento y expresión que ambos manifestais. Pero después de desprenderme de complejos y juicios, decidí que aunque no aporte, sin duda son vuestros escritos los que me aportan muchísimo y dado que este es un espacio de libre reflexión y comunicación, me iba a dejar llevar por lo que sintiera sin pensarlo demasiado, sólo fluyendo y disfrutando con vuestras palabras: a veces cargadas de trsiteza, otras de pura filosofía, de recuerdos, de dolor, de espiritualidad...sea cual sea el tema SIEMPRE me quedo con algo bueno.
Por eso, por la generosidad de compartir os doy las GRACIAS.

palabrerías dijo...

Queridos amigos, el tono humorístico es sólo un recurso de este post, que me ha servido para salir de un estadio de cierta incapacidad para escribir con tanta presión por todo lo serio y rotundo que acontece a nuestro alrededor, me permití este devaneo con el humor para salirme un poco de tanta transcendencia que nos acogota, pero tranquilos que no pretendo hacerme guionista del club de la comedia, ni reírme de los demás, el blog mantendrá su línea general como hasta ahora.
Gracias a los dos por estar ahí.

bassho dijo...

Sirenoide, cuando quiero leer literatura releo Rayuela de Cortazar, o El pincipito, o Whiltman... Cuando quiero expresarme con libertad o leer cómo se expresan otros, entro en este blog.
Aquí se valora mucho tu presencia, creo que además se necesita, y se aprecian tus aportaciones... Respeto y admiro eso que comentas sobre la superación de lo que a veces uno piensa y juzga, y cómo pasando por encima logra algo mejor. Yo no siempre consigo hacerlo...
En relación con este espacio virtual (blog), qué importante es crear lugares donde el pensamiento y el sentimiento pueden aparecer sin apenas cortapisas; qué importante es mantener estos lugares donde crezca el discurso que roza lo poético (lo simple, lo bello, la verdad).
Hay que seguir buscando caminos de expresión, Palabrerías, caminos que nos lleven al encuentro con los otros y con uno mismo.

Sirenoide dijo...

Muchas gracias por tus palabras Bassho, me han llegado al corazón, como siempre. Yo no creo que sea necesaria, nadie lo es pero siento que hemos convertido juntos, este espacio que creó Palabrerías, en algo especial, íntimo. Como dije en otra ocasión, un pequeño remanso de reflexión serena. Un lugar donde expresarse libremente sin límites ni trabas. Brindo por eso y por lo que apuntas al final, aquí nos encontramos con otros (aunque no siempre coincidamos) pero, sobre todo, nos reencontramos con nosotros mismos.
Un abrazo para cada uno :)