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5 de octubre de 2012

Visiones


Espacio lleno, repleto, colmado de ausencias. Desierto, lugar de encuentro de ausencias, reunión de silencios. Nos reencontraremos en las llanuras abrasadas de soledad, entre la arena y el cielo. Vivencia en el vacío, contemplación de la nada, cuando el recuerdo es pura ausencia y el sentimiento melancolía.
Me sumerjo en la materia insustancial del recuerdo, palpo el frío fuego que te rodea, el ácido sabor de lo perdido. Recuerdos en blanco y siena, luz de invierno bajo sol ardiente, anhelos vitales cristalizados en polvo de arena.
Vislumbro dunas interminables, salobres llanuras, colinas vigilantes, líneas dibujadas de sol y pureza.
Cada instante vital es único e irrepetible, momentos fijados en la superficie indeleble del alma, instante único y último, viento cálido, seco, abrasado por el paso de los siglos, impregnado de estricta soledad. Cordura envuelta en magnético y permanente estío.
Sigo avanzo en un tiempo detenido en el oasis intemporal de la esperanza, tensa e irreflexiva espera, bonanza de tiempos mejores, búsqueda de la emergencia.
Veo la cálima envolvente, la erosión de la memoria, gritos sordos en la plenitud de la sordera.
Ánimo permanentemente renovado, tiempos binarios, hoy y pasado juntos, fundidos en cristalino abrazo.

3 comentarios:

bassho dijo...

De tu escrito (que por cierto me recuerda a los paisajes interiores y exteriores del Cuarteto de Alejandría) me quedo con la frase "Cada instante es único e irrepetible". Así me gustaría creerlo, sentirlo, vivirlo... Pero para ello hay que tener mucha fe, mucho amor y mucha acción desinteresada.
Un abrazo.

palabrerías dijo...

Gran obra el Cuarteto de Alejandría llena como dices de paisajes interiores y exteriores. Es difícil sentir cada instante como único, pero sabemos que es así, si buscamos en el cofre del recuerdo encontramos esos momentos irrepetibles, cuando miramos algo sin juzgarlo desde la amabilidad de la consciencia encontramos esos momentos únicos, cuando nos enfrentamos a la vida de frente sin las muletillas habituales encontramos que el presente es único, aunque a veces nos duela.

Sirenoide dijo...

Tú, como el desierto

Insondable, misterioso, magnético y hostil
Me pierdo en tu mirada sin saber ya quien soy
No me importa, sé lo que siento y es algo fuerte y poderoso, me hace mejor
Y como quien ha ido al desierto…sólo quiero volver, perderme en ti.