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1 de abril de 2011

Bien hecho

Una vez más oigo esta frase tan recurrente “Algo habrá hecho bien para tener tanto dinero”.


Algo debieron hacer bien entonces Gadhafi, Berlusconi, Al Capone, Botín…


Hace demasiado tiempo que confundimos lo que está bien, con enriquecimiento. Es una cosmovisión dual y hedonista que identifica éxito con enriquecimiento y fracaso con lo contrario. Así es como nos parece, más relevante un futbolista que un filósofo, nos merece más importancia la opinión de un tertuliano casposo que la de un buen padre de familia, nos interesa más lo que hace una princesa de barrio que la labor de un educador social o de un maestro.


Pero; ¿qué es hacer bien las cosas?, ¿prosperar económicamente, ser famoso, tener poder e influencia sobre los demás, mandar más que otros, poseer cuanto queramos en vez de cuanto necesitamos?


Y sobre todo ¿qué es hacer mal las cosas?, anteponer la honestidad al lucro, trabajar para los demás, entender lo común como una responsabilidad compartida, priorizar el espíritu sobre cuerpo, preferir la belleza a la ostentación…


Hemos elevado el materialismo a niveles indescriptibles, no destacando nada por encima de él que parezca merecer la pena. El capital se antepone o sobrepone, según el caso, a la justicia, a la libertad, al derecho humano. En un mundo material el dinero gana a la educación, al pensamiento, a la libertad, a la solidaridad…


En este negocio que es vivir el materialismo a desterrado la utopía, la practicidad a suplantado a la belleza, la economía al bien común, el beneficio a la salud del planeta.


Este paroxismo materialista teje una red más estrecha cada vez sobre el ser humano, hoy tenemos que gestionar nuestra imagen y reputación en Internet basándonos en los mismos principios que el marketing adopta en la gestión competitiva de marcas y productos, haciendo parecer semejante lo disímil, materializando también al ser humano, transmutándolo en ser-objeto.


De muestra sirva este extracto de una comunicación del ESIC, distribuída entre élites directivas y jóvenes promesas.


“…Teniendo en cuenta todas las estadísticas que llegan a nuestras manos a diario, podemos asegurar que sí, que las marcas, y nuestra propia marca personal, se define por lo que ofrecemos en línea (es decir en Internet). Si tenemos interacciones positivas, tendremos nuevas oportunidades. En caso contrario, las puertas comenzarán a cerrarse.



La pregunta que todos nos hacemos es ¿cómo creo mi reputación en Internet? Esto es crear tu propia marca personal y gestionarla como si fuera lo más sagrado que tenemos. Una buena campaña de marketing personal es lo que hace falta. He aquí una serie de consejos que nos serán de ayuda….”

http://www.esic.edu/esicpress/recurso.aspIdR=693&utm_

source=mknet&utm_medium=email&utm_content=mknet_email_

esicpress+mar+2011_31032011_2505_titu_reputacion&utm_campaign

=mknet_email_esicpress+mar+2011+_31032011_2505


Qué habrán hecho bien, me pregunto, todos estos especuladores que se reparten el mundo, o tal vez deberíamos preguntarnos; que hemos dejado de hacer los demás para que unos pocos ostenten el control de lo común y se atribuyan la propiedad de lo ajeno, ante la aprobación y la admiración de la mayoría, porque ya sabemos que algo bien habrán hecho…

5 comentarios:

Javier Hortal dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Basho
Estoy muy de acuerdo con tu escrito. Pero creo que hay una corriente oculta, que precisamente por ello fluye con casi total libertad, que ignora risueña y alocada toda esta barbarie y zafiedad que ahora prevalece y triunfa. Un torrente de conciencia impetuoso, imparable, verdadero y arrasador, que en forma de cascada se desplaza de arriba abajo para desbaratar la turbia quietud del agua que en el valle oscuro se refugia.
En todas las épocas ha ocurrido lo mismo. Y siempre ese hilo de luz ha prevalecido de una manera u otra, uniendo, tejiendo, aclarando, despejando y renovando el mundo.

Anónimo dijo...

Basho
Estoy muy de acuerdo con tu escrito. Pero creo que hay una corriente oculta, que precisamente por ello fluye con casi total libertad, que ignora risueña y alocada toda esta barbarie y zafiedad que ahora prevalece y triunfa. Un torrente de conciencia impetuoso, imparable, verdadero y arrasador, que en forma de cascada se desplaza de arriba abajo para desbaratar la turbia quietud del agua que en el valle oscuro se refugia.
En todas las épocas ha ocurrido lo mismo. Y siempre ese hilo de luz ha prevalecido de una manera u otra, uniendo, tejiendo, aclarando, despejando y renovando el mundo.

Sirenoide dijo...

Después de leer tu post me he topado con este artículo de El País del pasado dominfo en el que habla dde una nueva técnica de management, el "manage up" o lo que es lo mismo, "el arte de ser un trepa" (bueno, en el artículo lo suavizan pero esa es la vaina). Supongo que para hacer las cosas bien en el mundo empresarial hay que saber ganarse al jefe que es lo que promueve esta...¿técnica?. Por eso no estoy en el mundo empresarial.
Me asquea todo esto, estamos perdiendo hasta lo más básico: nuestra dignidad.
http://www.elpais.com/articulo/portada/arte/ganarse/jefe/elpepusoceps/20110403elpepspor_16/Tes

Lo malo de ser analítico y consciente (o al menos eso intento) es que siento que mi cabreo interior aumenta dia tras dia, por faltas de educación que veo por la calle, por comentarios racistas, por actitudes pasivas, por todo lo que me rodea...y me está amargando la existencia. Mal hecho.

Sirenoide dijo...

no consigo copiar el link completo, ¿por qué? Bueno, esta en el link de El País Dominical, en la sección de Trabajo, y se llama: El arte de ganarse al jefe

Ahí queda eso!!