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28 de diciembre de 2010

XXI

Habitamos un siglo que reúne todas las etapas históricas de la humanidad en un mismo tiempo, todas las edades del hombre. Cinco continentes en los que se disgrega la historia humana; prehistoria, medioevo, ilustración, edad moderna..., sociedades extendidas por la superficie del planeta compartiendo espacio sin convivencia. Tiempos coetáneos que distan siglos, espacios colindantes separados por abismos insalvables.


Aldea global, tribu local. Realidades obstinadas en la desemejanza de la divergencia.


Progreso frente a detención, idealismo frente a materialismo, religión frente a cientifismo, ayer frente a hoy, mañana frente a ayer, evolución frente a regresión, dinero frente a altruismo, poder frente a explotación, capital frente a pobreza, economía frente a despilfarro, saber frente a ignorancia, opulencia frente a miseria...


El ser humano sigue muriendo, hoy como ayer, de inanición, escasez, depauperación, falta, penuria, totalitarismo, interés, avaricia, codicia, ausencia, hedonismo, concupiscencia, locura, humillación...


Y muere en todas las épocas, que son una y la misma, aquejado de los mismos males, las mismas plagas, las mismas pandemias que asolaban y asolan el planeta desde antiguo.


Miseria económica en África, Centroamérica o Afganistán, miseria de valores en Rusia, China o Paquistán, miseria de voluntad en todo el bloque occidental, miseria religiosa en el Islam, el catolicismo o el judaísmo, miseria moral en el mundo entero.


Lujo y armas conviven en el mismo suelo donde familias enteras mueren de hambre ante la inacción de estados, gobiernos y dirigentes enriquecidos por la especulación de los bienes comunes. Castas dirigentes que resurgen de las crisis provocadas por ellos mismos, con el dinero y la desolación de todos, ciudadanos que abdican de sus derechos, alienados haciendose cargo de sucesos de los que distan mucho de ser protagonistas.


Todas las edades del hombre están juntas en este siglo, junto a una nueva especie de homínido; ilustrado, acomodado y universitario por lo general, aunque coexisten en él el mono del que procede, el bruto que fue, el ser angustiado por la supervivencia, el procaz, el guerrero, el asesino, el humanista, el ser gregario y recientemente el esclavo del consumo.


Un largo periplo para el ser humano reunido primero en torno a la tribu, al la religión y al nacionalismo después, a las clases sociales luego y ahora en torno al consumo.

2 comentarios:

bassho dijo...

Estoy de acuerdo con lo que dices. Me gustaría poder explicar a mis alumnos lo que hoy debería significar Navidad y fiesta Fin de Año: Una época en la que tenemos que consumir lo menos posible, recordar al desvalido, trabajar por los otros y ayudarlos en sus cuitas...
Creo y espero, a pesar de todo, que algún día nos reuniremos en torno a algo mucho más amplio, más esencial y más deleitoso que el consumo y sus predecesores.
Feliz Año.

Sirenoide dijo...

Os dejo un regalito navideño. Para tus alumnos, para ti, para mi y para quien busque la felicidad en las pequeñas pero grandes cosas...

http://www.youtube.com/watch?v=SpbMt7ehgeo

Espero que os guste, hay que empezar el año con alegría!!
MUCHA FELICIDAD PARA LOS DOS EN 2011!
Besos