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21 de mayo de 2010

Voto

El voto se ejerce en las urnas y se consuma en el centro comercial, porque votamos cada vez que consumimos. Votamos con acto de compra y votamos también cada vez que deseamos hacerlo, el paradigma de “un hombre un voto”, ha devenido en “una compra un voto”.

Ciudadanos y sociedades se mueven y desarrollan en torno al consumo, sin el cuál, cesa el progreso, la sociedad del bienestar, la riqueza y el futuro. Cada acto de consumo es un voto a un modelo, a una forma de vida en la que la verdadera felicidad está en función del volumen de consumo que se pueda alcanzar, la libertad es hoy, la posibilidad de poder consumir más y más caro. Y el poder, que reside en el pueblo, se centra en la capacidad sostenida de este por seguir consumiendo.

“Consumo luego existo”, dada la inexistencia social en la que se sume aquél, que no puede alcanzar el nivel de consumo de sus iguales.

El consumismo es la religión mundial mayoritaria, que reúne por igual a individuos de todo estrato social, de toda ideología y con el mismo fervor en oriente que en occidente.

Consumir es un aspiracional, un anhelo inalcanzable donde lo mejor está siempre por llegar; en forma de última consola, de colección de temporada, de nuevo modelo de coche, de viaje diferente, de joya exclusiva o de zapatillas de marca.

El consumo, además de consumirnos nos une. Al norte con el sur, al indio con el chino, al musulmán con el cristiano y lo hace en la desmesurada ambición en la que se asientan las bases de la economía mundial, y por tanto, de la política de todos los partidos, de todos los pueblos.

Sí, el voto se ha popularizado, se ha expandido más allá del de los procesos electorales, hasta convertirse en un hecho cotidiano y diario reflejado en cada acto consumista, en cada deseo de poseer, en cada decisión o indecisión de compra, porque todas y cada una de ellas cuenta.

Cuenta para las multinacionales que escudriñan nuestras intenciones desde lo alto de sus torres de cristal, cuenta para los poderes que se ocultan detrás de los estados, cuenta para las grandes fortunas que necesitan prodigarse y seguir creciendo, cuenta para la caterva de economistas sin escrúpulos y ahora sabemos que mal formados, que intoxican los mercados y a las gentes con productos de diseño financiero, cuenta para las marcas, para los productos, para la industria mundial que necesita seguir incrementando su producción, al mismo ritmo trepidante que en los últimos veinte años, en los que se ha expoliado más patrimonio natural que en los pasados veinte siglos.

Votamos diariamente, claro que votamos y nuestro voto visto, oído, escrutado, inquirido, averiguado, analizado, indagado, sondeado, oteado y pormenorizado, desarrolla tendencias, produce desigualdades en el reparto de la riqueza, ahonda fronteras, expolia bosques y océanos, destrona gobiernos, engrandece marcas y multinacionales, genera miseria y desheredados, desertiza campos, agota recursos, empequeñece pensamientos, relativiza y merma la ética, fomenta desigualdades, crea monstruos impredecibles y nos mantiene en un despotismo absolutista, del que no nos consideramos esclavos.

Así, cuando el “mercado” dicta sus normas, nunca escritas, todos obedecen; gobiernos, estados, ciudadanos, naciones y pueblos, agachan la cabeza con el miedo atávico adherido al pecho y la mirada siempre puesta en otra parte, buscando un culpable que nos exonere del resultado cierto de nuestro reiterado voto, diario y repetido voto, el voto del consumo.

Consumo: Acción y efecto de consumir, gastar....

Consumir: Destruir, extinguir....

3 comentarios:

bassho dijo...

Muy interesante y lúcido tu escrito. Revela una capacidad de reflexión, observación y expresión no comunes. Gracias

Sirenoide dijo...

Hablando de consumo e insostenibilidad, os recomiendo este ilustrativo video titulado "La historia de las cosas":

http://www.youtube.com/watch?v=5BSmAmQ3SDM&feature=related

Consta de 3 partes y explica todo el proceso de consumo enfermizo al que este podrido sistema nos conduce...

Sirenoide dijo...

Recomiendo también leer este fantástico artículo de El Pais titulado: ANATOMÍA DE LA CODICIA que explica con mucha claridad y sensatez a lo que nos ha llevado el consumo patológico...

http://www.elpais.com/articulo/portada/Anatomia/codicia/elpepusoceps/20100606elpepspor_6/Tes