Voy mirando desiertos, desiertos humanos plagados de actividad, voy mirando escaparates de sonrisas cristalizadas en un desierto.
Surfeo por las vidas de millones de personas que no están, que no son nada, fragmentos humanos, jirones de personalidades orgullosas de sí mismas, ansiosas del encuentro.
En el mercadillo de perfiles te encuentro, demacrada como un muerto entre lapidarias frases, anexiones fáciles y millones de pasados mantenidos en el congelador de las metaredes. Paradigmático espacio vanguardista repleto de pasado.
Me ajuntas, te ajunto en traje postmodernista. Bacanal del cotilleo; miro y dejo que me miren, paraíso del voyeur, sueños de portera.
Grupos de fans de la chorrada, tiempo vertido en la angustia de estar, vida de la pseudo-existencia: miro, miran, digo, dicen, ruido, cacofonía, buzz, pero de realidad nada.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo en la visión sobre las redes. "Grupos de fans de la chorrada" es una buena frase para definir esas relaciones y usos. Pero ¿Qué podíamos esperar de esta enorme pseudoexistencia?
Montar en metro, viajar en autobús, asistir a un evento multitudinario cualquiera... nos enfrenta con penosas y tristes realidades: vacío e inconsistencia, falta de respuesta,desinterés y apatía, diversión y aburrimiento en una pasta inseparable. Mantengamos la esperanza en los encuentros de carne y hueso, que son los que duelen, los que florecen o marchitan.
Las herramientas que manejamos dependen del uso que les demos: con un cuchillo puedes cortar fruta o matar a una persona.
Las redes pueden servir para acercar familias o amigos lejanos, liberar información o concienciar sobre causas justas.
Leía hace poco una entrevista al psiquiatra Luis Rojas Marcos y explicaba su visión de las redes sociales. Hablando de la resiliencia (capacidad para reponernos al dolor emocional), comentaba que la función de las redes sociales había sido muy positiva para mucha gente que encontraba apoyo en esas relaciones "cibernéticas" y que éstas daban sentido a su vida, por mucho que a algunos nos cueste entenderlo.
Por supuesto hay un mal uso generalizado, mucho friki del ciber espacio, mucho cotilla y mucho pirado pero la totalidad de los usuarios no debería juzgarse con esa dureza. Porque las redes no son más que una herramienta, y la cuestión como dice Bassho está en que habitamos en una pseudoexistencia repleta de vacíos y miedos en la que la mayoría de la gente llena sus "agujeros" con parches ajenos (ya sea con redes sociales o con TV basura).
Ni que decir tiene que abogo y defiendo por encima de todo el cara a cara, la piel con la piel y todos los sentidos puestos en una charla antes que un encuentro virtual.
Pero me parece que en esta sociedad centrada en lo urgente antes que en lo importante, las personas se sienten terriblemente solas.
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