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25 de marzo de 2009

Memoria

Ayer pasó casi sin dejar huella, tan sólo una leve estela de recuerdo difuminada en el túnel infinito de la memoria, rastro intuido casi hueco, de ayer. De tantos ayeres como en el almacén de la vida caben.

Ayer pasó, y su recuerdo se desdibuja en un mar de sombras, en un espacio de brumas, en una sala de velos. Pero entre esta calima despintada de la memoria, asoman pequeñas esferas de luz cuyos contornos límpidos y definidos guardan en su interior, imágenes perfectamente enfocadas y mucho más vívidas que las contemporáneas impresiones. Son burbujas imborrables, fotogramas completos, que como cronistas de la memoria dan testimonio de retazos precisos de ayer.

Escenas captadas con la cámara de la consciencia, que dejan entrever sencillos, pero imprescindibles, instantes de lucidez.