Páginas

Buscar este blog

22 de junio de 2009

Dolor

Volvieron a ladrar los perros de la ira,
y bocanadas de sangre ahogaron vida e inteligencia,
por nada.

Volvió la bomba fácil a segar la bella y costosa vida,
para saciar absurdas locuras que no valen nada.

¿Dónde quedo el hombre?, ¿Dónde lo humano?
¿Quién hizo al pistolero?, ¿Cómo dejóse hacer él?

Un día más el fundamentalismo se cobra un tributo inútil, generando un dolor hueco, un vacío irremplazable.

Dolor, testigo mudo de la sin razón que a quién lo siente, sólo a quién lo siente, le vuelve más humano.

3 comentarios:

bassho dijo...

Vergüenza

Desde hace un tiempo se nos enseña sistemáticamente a evitar la vergüenza. Considerada como una emoción que impide progresar en la vida, que no permite la expresión de lo que somos... La vergüenza se ha convertido en un sentimiento obsoleto, desfasado.

Pero al aprender a evitarla hemos quedado amputados.

La vergüenza expresaba la capacidad de ser conscientes de nuestros errores, mentiras, ambiciones, triquiñuelas... Por vergüenza pedíamos disculpas, callábamos, enrojecíamos, nos retirábamos o sonreíamos azorados... Nos obligaba a “ir despacio” hacia los otros, nos exigía poner cuidado en el trato... Valoraba la intimidad, dejaba reservados ciertos espacios al uso exclusivo de uno mismo para que en ellos pudiéramos ser también nosotros mismos.
La vergüenza era la expresión de la evidencia de la esencia que estaba por encima de cualquier miseria, y que la reconocía como tal.
Establecía las reglas que creaban un mundo más habitable:
No derrotar al enemigo con armas cicateras, nunca justificar los medios por los fines que teníamos, jamás ensañarnos o burlarnos de la desgracia ajena...
Esos que tú nombras hace mucho que perdieron la vergüenza y pasaron al estadio de la depravación humana, que ignora cualquier atisbo de civilización y respeto por la vida propia o ajena.

Sirenoide dijo...

AMÉN

palabrerías dijo...

excelente reflexión bassho