Idolatría, imagen con la que reemplazamos la esencia de la realidad suplantándola como si de la verdad misma se tratara, fetichismos, ídolos de barro pueblan la mente de los hombres en la noche de la madurez de la humanidad, designio atormentado de ilusoria realidad, llamada de muerte, idolatría pernitaz, constante, rastrera, idolatría diaria, contumaz, blanco negro, luz recubierta de oscuridad. Adoramos ídolos, ídolos de barro y falsedad, de inexistentes valores, de incomprensibles logros, adoradores del dinero, veneradores de riquezas, anestesiados de poder, amantes irreverentes de la voluptuosa opulencia. Derroche, vida derrochada, lapidación de recursos, de medios, adulteradores de lo natural, búsqueda equivocada, aunque búsqueda al fin...
Ideas que obedecen a un dueño, credos que apoyan el poder, fe que aliente la muerte, creencias generadoras de enemigos, mediocres convertidos en líderes mundiales, ídolos, ídolos de barro, fervor y pasión sin fundamento, ceguera colectiva, incerteza, irracionalidad. Hemos desarrollado un mundo desarrollado mira de cerca a la irrealidad, humanidad estereotipada, entumecida, adormilada, abandonada, sometida y doliente, humanidad idólatra, inflada de si misma, mediocridad en alza, disgregación de lo humano frente a la simpleza de lo material, lucha equivocada, aunque lucha al fin...
Habla quien no tiene nada que decir con palabras amplificadas por los medios de comunicación, surgen voces estridentes, voces simples, descaradamente inflamadas de si mismas, insulto a la inteligencia sobre la que se asienta tanta humanidad, y me frustra verlas, me duele contemplar la aberración consentida, me avergüenza la expresión grosera de poder y de influencia, me acongoja el despilfarro frente a la carencia, esa tan cercana y terrible carencia del desprotegido, la del desheredado del sur al que tenemos la indecencia de ver como usurpador de lo nuestro, como si algo mas que la certeza de la muerte nos perteneciera.
Vergüenza, vergüenza de primer mundo y también de tercero, vergüenza que no puede ser ajena, pero digamos esto con palabras breves, con frases cortas, susurrando en voz baja, no vayamos a despertar de nuestro dulce sueño y descubrir, de que están hechos nuestros ídolos...de barro.
Palabrerías son palabras surgidas en torno a pensamientos, reflexiones, ideas, hechos.... Son palabras livianas, sin pretensiones, casuales, improntas del lenguaje, apuntes de realidad
4 comentarios:
Me gusta la utilización de la palabra para expresar la vergüenza, la sorpresa, lo atónito que nos deja la ceguera colectiva. Ya sabes que a mí me interesa el lenguaje y su utilización, pero cuando el lenguaje es capaz de morder la realidad, de hacer denuncia... entonces lo importante no es ya la belleza de las palabras, o su uso correcto, o su riqueza y variedad, sino aquello que expresa, que dice, que muestra sin importar con qué términos lo haga (aunque siempre importe).
Aunque soy uno de los durmientes estoy de acuerdo contigo y lo que dices. Creo que “el sur” además de ser una región planetaria, se encuentra en cada una de nuestras ciudades, pueblos, barrios, edificios...
La sensibilización ante determinados aspectos no se “enseña”, cada uno llega por su propio camino, si es que alguna vez llega. Pero a pesar de eso es bueno comunicarla, decirla a veces en voz alta... como semillas que se lanzan al viento sin intención planificada de sembrar nada.
A mí, de momento, me basta que alguien aquí, allí, más allá... perciba, observe, se indigne, se duela, se avergüence...
O que no rechace lo desconocido, que no margine lo que es distinto, que sea capaz de no adular el poder en cualquiera de sus manifestaciones...
Que sea veraz consigo mismo y lo que le rodea, que tenga fuerza e intención de cambio, que tienda la mano, el corazón en ocasiones, que no se atrinchere en su posición social, personal...
Quizá uno solo, o cuarenta y tres no sean tan pocos.
Quizá haya que atenuar la luz con la que nos iluminamos, no llenar el depósito-despensa hasta el límite, atemperar la voz, difuminar el brillo...
Reflexionar sobre lo que nos está pasando, sinceramente, sin miedo, honestamente. Gracias por comunicar tus reflexiones en voz alta.
Es posible que haya otras vidas y otros mundos, pero de lo que estoy seguro es de que hay otras formas de vivir distintas a la mayoría de las que nos rodean, algunas incluso escondidas tras una aparente normalidad, pero distintas, sí, diferentes. Tienen todas ellas un hilo conductor, algo que las une, que las convierte en luminosas y envidiables. Podríamos decir que esas formas de vida son esenciales. Están tejidas por muchos silencios y acción, por hilos cuya materia es vena, sangre y arteria.
DEL ARTE Y LA CREACIÓN:
El mundo se armoniza, tiende hacia lo bello, lo libre, lo básico y sencillo.
Las formas se expanden y pueblan de color el Universo.
Arte como mirada primera y última, mirada inocente, que realmente mira, que ve como antes nadie lo había hecho, mirada que descubre y muestra el objeto como realmente es: único y absoluto.
Observación, inspiración, acción. Arte y espontaneidad, expresión que surge de lo más profundo del niño del adulto.
La belleza como escalofrío y misterio, como sentido vital.
La creación como experiencia táctil que modela la materia para convertirla en imagen, significado, sustancia viva, transmutación de uno mismo.
Crear para superar el concepto más oscuro de la muerte: aquel que niega la vida.
Crear para vivir y respirar, crear para ser.
DEL LIBRO:
¿Quién late tras estas pastas, en estas hojas, sobre estas líneas? ¿De qué habla esta puerta que se cierra y abre al ritmo de un corazón que sueña despierto? Si el lenguaje es viento y la palabra brisa ¿Dónde guarda el libro el hueco que lo mantiene tan lleno de misterio?
Belleza, arte, creación, alimentos tan necesarios para la vida como respirar; creación, vida, muerte, aspectos de un proceso, de un tránsito, de un camino que encuentra en la creación (el arte, la creatividad en general) el acto sublime capaz de elevar al ser humano por encima de sus propias limitaciones.
Acto mágico y bidereccional que se sumerge en el más profundo interior recuperando esencias ocultas que quieren ser mostradas, movimiento expresivo de lo oculto.
"Crear para vivir, crear para ser"
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