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23 de abril de 2007

Al servicio

El hermano rico le dijo al hermano pobre:
¿Por qué no entras a formar parte del servicio del sultán y así te librarás de los rigores del trabajo?

El pobre respondió:
¿Por qué no trabajas tú y te libras de la desgracia de tener que servir a otro?

El sabio afirmó: "Es mejor comer pan de cebada y sentarse en el suelo que tener un cinturón de oro y ser un criado"

Sâdi de Shiraz

¿Cuál es tu elección?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola

Anónimo dijo...

Bien. Acepto la pregunta, aunque pienso que la respuesta cada uno se la da a sí mismo en cada momento. Hay una parte en mí que siempre se vendió y no fue tanto por poder o riqueza, sino por miedo. Por otra parte "algo" continuamente miró de reojo, hacia otro lado más libre y más ancho. De ahí surgieron los sudores fríos, los saltos, el riesgo, la aventura. Busco una vida digna y me repele la imagen, la apariencia... Sé que todo ésto cualquiera podría escribirlo. Pero además hay algo que puedo expresar como una sensación personal: Cuando me convierto en "siervo" siempre me siento como un elefante vestido de ratón.

palabrerías dijo...

Es cierto, esta no es un pregunta de respuesta única, sino que su respuesta se produce a cada paso, con cada decisión que es preciso adoptar en cada momento, la posición interior determina siempre el lugar que uno ocupa y nuestra relación con el entorno, y en esto nunca hay una decisión acertada o equivocada, sino más o menos ajustada a uno mismo, pero yo también reconozco esta sensación de que lo grande no cabe en lo pequeño, dicho esto sin ningún engreimiento, al menos conocido.